Blas
de Otero
Con
la sangre hasta la cintura, algunas veces
con
la sangre hasta el borde de la boca,
voy
avanzando
lentamente,
con la sangre hasta el borde de los labios
algunas
veces,
voy
avanzando
sobre este viejo suelo, sobre
la
tierra hundida en sangre,
voy
avanzando
lentamente, hundiendo los brazos
en
sangre,
algunas
veces
tragando sangre,
voy
sobre Europa
como
en la proa de un barco desmantelado
que
hace sangre,
voy
mirando,
algunas veces,
al
cielo
bajo,
que
refleja
la
luz de la sangre roja derramada,
avanzo
muy
penosamente,
hundidos los brazos en espesa
sangre,
es
como
una esperma roja represada,
mis
pies
pisan
sangre de hombres vivos
muertos,
cortados
de repente, heridos súbitos,
niños
con
el pequeño corazón volcado, voy
sumido
en sangre
salida,
algunas
veces
sube
hasta los ojos y no me deja ver,
no
veo
más que sangre,
siempre
sangre,
sobre
Europa no hay más que
sangre.
Traigo
una rosa en sangre entre las manos
ensangrentadas.
Porque es que no hay más
que
sangre,
y
una horrorosa sed
dando
gritos en medio de la sangre
Blas de Otero (Bilbao,
1916 – Madrid, 1979) es uno de los poetas más importantes de la posguerra española
y destaca en él la solidaridad y el compromiso social de sus poemas, pero sin
renunciar al lirismo. Publicó obras de influencia religiosa en las que muestra
su desesperación por la ausencia de respuestas a las angustias del ser humano.
Derivó luego a la poesía social y muchos de sus poemas han sido musicados por
cantantes como Paco Ibáñez.
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